JORGE RABASSA

“Es probable que haya un tsunami en Tierra del Fuego y Santa Cruz”

Jorge Rabassa es investigador del CADIC y el CONICET. Y asegura que “tarde o temprano”, un evento de esas características va a ocurrir en el Atlántico Sur, donde existe la Falla de Magallanes y es una zona de riesgo sísmico
sábado, 15 de febrero de 2020 · 10:27

La información aparece hoy en Infobae, en una entrevista a Jorge Rabassa que firma el periodista Julián Zocchi, allì el científico fueguino advierte que “aunque muchos se nieguen a creerlo, las condiciones están dadas para que en algún momento se provoque un tsunami en el Sur de la Costa Atlántica”.

Se recuerda en el texto que hace años que Rabassa –geólogo y doctor en Ciencias Naturales con tesis en la Fundación Bariloche y doctorado en la Universidad de New York–le viene pidiendo a las autoridades que tomen medidas para morigerar el impacto que podría tener un maremoto sobre las ciudades que miran a la parte más fría del Océano Atlántico.

“Lo que intento es concientizar a las personas y a los gobiernos. Hay una gran ignorancia sobre el tema, pero yo sigo tratando de ayudar en crear conciencia: los sismos y tsunamis existen y son posibles en nuestro país. En 1898, Mendoza fue totalmente destruida por un terremoto. Y San Juan lo sufrió en 1944. No estamos haciendo fantasía científica, solamente decimos que estas cosas pasaron y pueden volver a ocurrir…”, sentencia el investigador Superior del CADIC (Centro Austral de Investigación Científica) y del CONICET.

Ya hace unos meses sonaron algunas campanas cuando el Paso Garibaldi –que es nada menos que el único camino rutero que cruza la Cordillera camino a Ushuaia y el paso carretero más austral del planeta– sufrió un derrumbe de nieve que dejó incomunicada la circulación de Tierra del Fuego. Hasta ahí, un desprendimiento de nieve que tranquilamente podría formar parte del proceso de deshielo. Pero, ¿sería alocado pensar que aquella caída de nieve y rocas tuvo que ver con un movimiento sísmico?

“No sería descabellado pensar que hubiera incidido algún movimiento símico porque, no muy lejos, está el Lago Fagnano, que es el más grande de Tierra del Fuego. Este lago se ha formado siguiendo la traza de una fractura conocida como la Falla de Magallanes. Es un fragmento de corteza que al frotarse con otra porción puede liberar una energía tan potente como para provocar un terremoto. Esta es una de las fallas más activas del planeta: sólo allí se generan entre diez mil y doce mil sismos por año. Y además es enorme: se extiende desde el Pacífico chileno hasta las Sandwich y Georgias del Sur”, le explica Rabassa a Infobae.

El investigador especial del CONCIET cuenta que, en un período que abarca entre mil y seis mil años, se produjeron al menos tres tsunamis en la zona de Magallanes y Ushuaia: “Parece difícil de entender, pero en períodos geológicos no es una línea de tiempo inabarcable: no hay que pensarlo con la medida de tiempo que tiene la civilización moderna. El descubrimiento del Estrecho de Magallanes tiene 500 años pero hubo humanos en Tierra del Fuego en los últimos diez mil. Y esta falla de la que estamos hablando tiene 20 millones de años…”, explica el científico.

Aunque no hay que ir tan lejos para tener registro de un terremoto vivido en la zona: “El último ocurrió hace 71 años. En 1949 el Estrecho de Magallanes y la costa occidente de Tierra del Fuego sufrieron un sismo de 7.9, uno de los más fuertes que existieron desde que se tienen instrumentos de medición en la Argentina”, rememora Rabassa.

“El primer paso es enseñar en las escuelas primarias y secundarias. Se puede contribuir a la creación de la conciencia sísmica, más allá de las dos provincias donde ya existe. Lo otro es copiar esto que te cuento de Chile, donde en todas las ciudades están marcadas las zonas de riesgo, las de evacuación y la gente está familiarizada por la presencia continua de cartelería. Y, en el caso de lugares con posibilidad de tsunami, marcar las rutas de escape a las zonas altas donde el fenómeno tiene escasas posibilidades de llegar”, remarca.

Para finalizar reiterando que “esto no es para sembrar el pánico ni quiere decir que mañana o en este siglo vaya a ocurrir un tsunami. Pero siento la obligación de hacer conocer estas cosas a la comunidad y a los gobiernos para que cuando llegue estemos preparados”.

 

 

 

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